sábado, 25 de septiembre de 2010

EL PODER EJERCE SOBRE NOSOTROS..???

Se puede decir que desde siempre el ser humano ha vivido dentro de organizaciones con mucho poder sobre la sociedad, por lo tanto siempre a conocido el significado de la jerarquía derivado del poder, puesto que en toda organización hay siempre un ser dominante por naturaleza, bien sea por democracia o por instinto.

El poder se centra en la imposición de la propia voluntad sobre otras personas, es decir es la capacidad de un individuo o grupo de personas capaces de modificar la conducta de otros individuos o grupos en la forma deseada y de impedir que la propia conducta sea modificada en la forma en que no se desea. Es variada ya que el poder se refiere a todos los tipos de influencia entre personas o grupos, incluyendo los que se ejercen diariamente.

Un ejemplo claro en donde nos muestran los métodos utilizados por los dictadores modernos para implantar sus autocracias totalitaristas partiendo de una legitimidad democrática y desarrollando después sus verdaderas intenciones mediante estrategias en apariencias inocentes y bondadosas, es el que nos muestran en la película “La Ola” en donde nos sitúa ante el experimento llevado a cabo por un profesor que comienza con una serie de ideas inocuas como la disciplina y el sentimiento de comunidad, con el fin de hacer comprender a sus alumnos la dimensión real de la autocracia, demostrando la potencia intrínseca e irracional de un grupo rígidamente adoctrinado, disciplinado, organizado y cohesionado que se va convirtiendo en un movimiento real que arrastra poco a poco a casi todo el alumnado, el cual hace que los jóvenes se entusiasmen, mejoren notablemente su autoestima e iniciativa, superan sus diferencias raciales y sociales, se implican en el diseño de lemas y logos y hasta adoptan un uniforme común, compuesto por camisa blanca. Lo cual genera críticas de varias alumnas, también por otros profesores y por grupos anarquistas que llevan la situación mucho más allá de lo que nadie había imaginado. Lo cual resulta espeluznante descubrir cómo el grupo asume el imaginario y los comportamientos nazis eliminando sus identidades y convirtiéndose en masa.

En ese momento, el profesor adquiere consciencia del monstruo que ha creado, que ya amenaza con sobrepasar los muros del instituto y convertirse en un nuevo movimiento neonazi a gran escala, reconoce que su experimento se le ha ido de las manos y concluye que debe detenerlo de inmediato, trata de hacer ver a sus alumnos que el experimento ya ha contestado a sus dudas y les abre los ojos a la barbaridad a la que se han dejado arrastrar. Todos parecen confundidos, como despertando de un extraño sueño y poco a poco a distintos ritmos van asimilando la realidad. Unos ocultan su rostro con las manos, otros niegan con la cabeza, otros lloran, otros miran sin salir de su asombro, Pero el alumno más fanático, un chico que antes del experimento era el hazmerreír de todos y que idolatraba a ese movimiento que le había otorgado seguridad y autoestima, un muchacho “Tim en la película” que había confiado todas sus esperanzas a aquella locura y a su líder, no puede tolerar que su sueño se esfume de repente. Tanto así que el muchacho enloquecido saca una pistola que lleva consigo y amenaza a todos los que se encuentran alrededor.

En conclusión la Ola deja claro la fuerza de las imágenes al suplantar a la propia realidad nos enseña, nos advierte y nos muestra los indicadores que pueden ayudarnos a detectar y evitar, incluso en el Siglo XXI la sutil imposición de nuevos totalitarismos, de la cual somos inmunes.
Otro ejemplo claro y que vemos en la calle constantemente es la moda. Muchos decimos que no somos esclavos de la moda, y puede que sea verdad no esclavos, pero sin duda nos influye. Por mucho que nos gustase los pantalones bota campana (por ejemplo), hoy en día no los llevamos nadie. Y que a nadie se le ocurra llevarlos, porque lo tachamos de antiguo y de que no está a la moda.
Hoy en día las convicciones firmes y las verdades absolutas se asocian con la intolerancia o con el fundamentalismo o hasta con el fascismo más aún en situaciones extremas como al resignarse a algo, por lo tanto lo que se llama verdadera libertad está no en carecer de ideas, si no en tenerlas y hacerlas valer ante la amenaza de alguna manipulación o coacción o tiranía. Pero de ese modo seremos más frágiles, pues si no tenemos ninguna convicción, nada tenemos para hacer valer: seremos como una barca que estará a la deriva y que será arrastrada por cualquier ola como la de la película.